En Argentina se registró inflación de casi 95% para 2022
En 2022, Argentina volvió a sufrir, económicamente, un año difícil. El país sudamericano ha experimentado una inflación anual del 94,8% -una de las tasas más altas del mundo- que no registraba en treinta y dos años.
Sin embargo, el índice de diciembre publicado el jueves 12 de enero por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) confirma una relativa desaceleración en los últimos meses, desde un máximo de 7,4% en julio, hasta 6,3% en octubre y 4,9% en Noviembre. La inflación en Argentina fue del 50,9% en 2021. El gobierno espera contenerla, para limitarla al 60% en 2023, proyección en la que basó su presupuesto.
El pico anterior data de 1991, con varias tasas de inflación interanuales consecutivas por encima del 100%, año que marca el final de un ciclo de hiperinflación (superior al 1.000%).
“Es como elegir una joya”
Estás mareado con la evolución de las etiquetas de algunos alimentos: el litro de leche ha aumentado un 320% en tres años, a finales de 2022, el aceite un 456%, el kilo de azúcar un 490%, según la firma del tablero del alfabeto.
“Te paras frente a los anaqueles, analizas los precios, es como escoger una joya… Rebajé la panadería, fue una tontería. Y casi se me para el queso rallado, casi 3500 pesos [environ 17,50 euros au taux officiel] por kilo sin llegar a 1.000 [5 euros] Hace un año…”explica a la Agence France-Presse Julian Rattano, jubilado, mientras compra en Parque Chacabuco, un barrio de Buenos Aires
“Leche, queso, huevos, no hay precio asociado a nada. La caja de 30 huevos, que compré hace un año por 150 o 200 pesos [près de 1 euro]esta en 700 [3,50 euros] ¡ahora! »molida por Roxana Pardo, una vendedora de 34 años, en un supermercado del mismo barrio de clase media.
Argentina, la tercera economía más grande de América Latina, permanece sumida en una inflación crónica de dos dígitos desde hace doce años, por muchas razones, tanto internas (déficits presupuestarios recurrentes, expectativas inflacionarias a gran escala) como externas (efecto de la guerra en Ucrania) que hacen que el la recuperación macroeconómica, particularmente después de la pandemia, ha sido muy exagerada.
Así, el país debería cerrar 2022 con un crecimiento de alrededor del 5 %, tras un aumento de la actividad del 10,3 % en 2021, que siguió a tres años de recesión. En 2023, este crecimiento debería rondar el 2%, desacelerándose como toda la economía mundial, pero una de las más fuertes de América Latina, según las previsiones del Banco Mundial esta semana. Tres años consecutivos de crecimiento serían inéditos ya que en los años 2006, 2007, 2008 en Argentina, no dudó en retirarse el gobierno (centro izquierda) de Alberto Fernández.
Los salarios luchan por mantenerse al día con la inflación
Los precios de diciembre, según el Indec, fueron impulsados principalmente por los sectores de hotelería y restauración, bebidas y tabaco, hecho inusual en este verano austral.
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El ministro de Economía, Sergio Massa -el tercero en un año- apuesta ahora por el control inflacionario relativo a largo plazo, entre 3% y 4% mensual, el ajuste gradual de las reservas de divisas -especialmente a través de exportaciones récord en 2022- y el aumento fiscal. disciplina (el objetivo de déficit baja del 2,5% al 1,9% en 2023) para estabilizar la economía.
Hasta aquí, nuevamente este diciembre, la satisfacción del Fondo Monetario Internacional con el que Argentina cerró en marzo un acuerdo para el refinanciamiento de más de 44.000 millones de dólares de deuda, herencia de un préstamo contratado en 2018.
Pero si la actividad aumenta desde hace dos años y el desempleo cae (7,1%), los salarios luchan por mantenerse al día con la inflación y un trabajo, a fortiori informal, no es garantía contra la precariedad. Por eso, el 36,5% de los 47 millones de argentinos se encuentran en la pobreza, incluidos 2,6 millones en pobreza extrema, según las últimas cifras disponibles de mediados de 2022.