Gas, medios: la comisión Glucksmann advierte sobre la dependencia de Rusia y China
Un ejército de espías rusos en Bruselas
En Rusia, el texto considera que “la dependencia energética de la UE respecto de Rusia ha creado enormes problemas para su seguridad energética tras el estallido de la guerra de agresión rusa contra Ucrania”. También dijo que estaba preocupado por los intentos de Rusia de manipular los canales de comunicación, de “manipular el discurso sobre la seguridad alimentaria y energética mundial, al culpar a Occidente por el aumento de los precios de los alimentos debido a que es un castigo contra Rusia”. . En una sección dedicada a la financiación secreta de actividades políticas por parte de actores y donantes extranjeros, reiteró su preocupación “sobre las revelaciones periódicas de la financiación rusa masiva de partidos políticos y políticos en un cierto número de países democráticos”, señalando específicamente la interferencia masiva de Moscú en El movimiento separatista en Cataluña.
También se dirige a las élites políticas de la UE -sin mencionarlas por su nombre pero refiriéndose específicamente al excanciller Gerhard Schröder- que impulsaron la agenda de Gazprom y “promovieron el apoyo continuo suministros de gas de Rusia”. El informe también analiza el tema delicado de “la instrumentalización de los migrantes”, citando el caso de Bielorrusia que envió migrantes a las fronteras europeas en el otoño de 2021.
El comité también observa la creciente influencia de las actividades de un estado autoritario extranjero en las agencias de inteligencia de la UE. Una referencia a la embajada rusa en Bruselas, revelada por un periódico belga, en una larga investigación, que contiene un “ejército de espías” particularmente interesados en recopilar información sensible sobre las instituciones europeas o incluso la cabeza -sede de la OTAN- y es “un mini -pueblo con un centro de comunicaciones con instalaciones tecnológicas y de otro tipo para los servicios de inteligencia rusos”.
Riesgos de la dependencia económica de China
Como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, amenazó el martes (17 de enero) con abrir investigaciones sobre si la contratación pública de la UE u otros mercados fueron distorsionados por los subsidios chinos, el informe comienza recordando que Pekín “ha invertido cerca de tres mil millones de euros en empresas de medios europeas durante los últimos diez años” y añade que “el ejemplo de China puede ser seguido por otros estados con políticas autoritarias ideológicas similares”. También se enfoca en los riesgos de “dependencia económica, espionaje y sabotaje” debido a la influencia de empresas extranjeras en infraestructura crítica. Se menciona especialmente el caso de la naviera china Cosco “que ha adquirido participaciones mayoritarias en más de 20 puertos europeos” y se prepara para entrar en la capital portuaria de Hamburgo, el tercer puerto más grande de Europa.
El informe también se refiere a los Institutos Confucio que han surgido en toda Europa -todavía hay más de 180, incluidos 17 en Francia-, así como a “un gran número de investigadores en Europa, en Austria y la República Checa, pero también en otros ‘otros países europeos, financiados directamente por la República Popular China enfocados en inteligencia artificial, tecnologías cuánticas, circuitos integrados, investigación espacial, nuevos materiales, neurociencia y biotecnología’. Sin embargo, el comité acoge con satisfacción la implementación del proyecto European Global Gateway, un ambicioso proyecto de inversión en infraestructura por valor de 300.000 millones de euros para 2027 y destinado a contrarrestar el proyecto chino de las “Nuevas Rutas de la Seda”.
En pleno Qatargate, y mientras los eurodiputados deberían ver retirada su inmunidad parlamentaria por no declarar los viajes a Qatar, aún podemos lamentar el escueto párrafo dedicado a este escándalo y con el que la comisión se contenta con “condenar en los términos más enérgicos posibles las presuntas intentos de influir en miembros, ex representantes y personal del Parlamento Europeo a través de actos de corrupción, que constituyen una grave injerencia extranjera en los procesos democráticos de la UE”.
La comisión de Raphaël Gluckmann, que continúa su trabajo, debería comenzar las audiencias sobre “Qatargate” a partir del 26 de enero. Luego, se deben agregar cambios a este tema durante la revisión del informe preliminar hasta fines de enero, antes de la adopción de una versión final del informe.
Lo que recomienda la Comisión INGE2
Para contrarrestar las influencias extranjeras, el informe sugiere crcreación de una estructura europea responsable del trabajo regular sobre la manipulación e interferencia de información extranjera. Alienta a la UE en un esfuerzo concertado para crear conciencia sobre la interferencia extranjera, para identificar regularmente a los países con “alto riesgo” en términos de interferencia, para intensificar la comunicación estratégica de la UE en respuesta a la campaña masiva de países opositores, definir una estrategia para combatir la manipulación de la información en el contexto de futuras elecciones, para aumentar sus inversiones en ciberseguridad y también a todos los parlamentos nacionales europeos para crear comisiones para estudiar la injerencia extranjera. El informe también pide a la Comisión Europea y al Consejo Europeo que excluyan el uso de equipos de países de alto riesgo, citando a Huawei, ZTE, Kaspersky, Nuctech, etc. En cuanto a los medios, la comisión propone un conjunto de medidas para garantizar la financiación de los medios públicos y la transparencia en la financiación de los medios privados. En el contexto de ataques contra cables y tuberías submarinos, el Servicio Europeo de Acción Exterior debe desarrollar acciones de seguimiento para proteger la conectividad digital global de los cables submarinos. Finalmente, debido a las revelaciones periódicas de financiación masiva de partidos políticos en Europa por parte de Rusia, la comisión recomienda la creación de un mapa de financiación extranjera en los países europeos antes de una prohibición total de la financiación extranjera de actividades políticas.