En plena recesión, los sudaneses se ven obligados a apretarse el cinturón
Hace seis meses, Hassan Omar vendía todos los días en su tienda de comestibles en Jartum productos enlatados, cigarrillos y otros paquetes de detergente para la ropa por valor de más de 800 euros. Ahora, sus puestos están polvorientos y sus ingresos se reducen a la mitad.
“La gente ya no puede comprar lo que necesita”, dijo a la AFP este sudanés de 43 años.
“El poder adquisitivo ha disminuido drásticamente en los últimos seis meses”, dijo el hombre que vio caer sus ventas de 500.000 a 200.000 libras sudanesas, o de más de 800 euros a unos 320 euros.
Con su salario de funcionaria de 350 euros, Souad Béchir, madre de cuatro hijos, también ha visto un descenso en su poder adquisitivo.
“Mi salario es demasiado bajo y los gastos son demasiado altos”, por lo que “estoy tratando de encontrar una alternativa más barata para reemplazar la comida que ya no puedo comprar”, explicó a la AFP en sus cuarenta.
En Sudán, durante mucho tiempo uno de los países más pobres del mundo, el espectro de la hambruna ahora se cierne sobre el país, con un tercio de sus 45 millones de habitantes que ya padecen hambre.
– “Recesión total” –
El golpe de Estado del general Abdel Fattah al-Burhane el 25 de octubre de 2021 no hizo más que empeorar la crisis: a causa de este golpe, la comunidad internacional dejó de dar los dos mil millones de dólares que paga cada año al país donde en 2020 vive el 65% de los habitantes por debajo de la línea de la pobreza.
En un día, el Estado perdió el 40% de su presupuesto, ya lastrado por la corrupción, años de sanciones económicas y la independencia en 2011 de Sudán del Sur, que se llevó consigo casi todo el petróleo del país.
Entonces, el régimen golpista aún no ha proporcionado cifras sobre su presupuesto para 2023.
Ante este contratiempo, Al-Nour Adam decidió reducir la variedad de verduras que ofrecía en su puesto en las afueras de Jartum.
“Muchas de mis mercancías se pudrieron en el acto porque no había compradores”, dijo a la AFP este comerciante que vio caer sus ingresos durante nueve meses.
“No puedo seguir así, tengo que encontrar otro trabajo”, dijo.
Las estadísticas oficiales, sin embargo, pueden llevar al optimismo: la inflación en diciembre fue solo del 87%, frente al 318% del año pasado.
Pero, explica Abdallah al-Ramady, economista de la Universidad Al-Nilein de Jartum, “si la inflación está disminuyendo, es porque la actividad económica se ha detenido durante meses”.
“No hay demanda, por lo que se ha detenido la subida de precios”, estamos en “plena recesión”, dice el investigador.
El Sr. Omar, el comerciante de Jartum, confirma que no sube sus precios desde hace varios meses.
– Universidad, pasaporte, peaje… –

Sin embargo, una cosa ha subido: las tasas universitarias.
En las últimas semanas, cientos de estudiantes se han manifestado para protestar por este aumento.
Este año, “me están pidiendo 550.000 libras (unos 900 euros) y mi familia no puede pagar”, dijo a la AFP Mohammed Hussein, en el primer año de la facultad de ingeniería. El año pasado, el mismo curso costaba más de diez veces menos.
Por el contrario, los docentes han denunciado sus bajísimos salarios y ahora están en huelga indefinida.
El impuesto también ha aumentado, si obtiene un pasaporte o un camino simple.
“Los peajes se han multiplicado por cinco desde el año pasado”, dijo a la AFP el transportista por carretera Tijani Omar.
“Va a aumentar el costo del transporte y en definitiva todos los precios”, advirtió.
Para mantener la cabeza a flote, algunos todavía quieren creer que un acuerdo entre civiles y militares puede volver a poner al país en la senda del desarrollo.
Abdelhalim Hafez, un empleado del sector privado y el único empleado en su familia de seis, espera que las discusiones en curso conduzcan rápidamente.
De esa manera, dice, la ayuda internacional continuará. Y con ella los programas de ayuda a los más pobres de los que se benefició hasta el golpe.
Pero según los expertos, a más de un año del golpe, el país aún está lejos de un acuerdo, la brecha entre civiles y militares es muy profunda.